domingo, 19 de enero de 2020

REFLEXIÓN - Domingo, 19 de enero de 2020


Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.

Dos malhechores
¿Qué sucedió en el Gólgota? Jesús, quien fue declarado inocente por su juez, no obstante fue crucificado entre dos malhechores. Estos estaban condenados a muerte debido a sus crímenes. Mostraban sus tristes disposiciones insultando a su compañero de suplicio. Ellos representan a toda la humanidad, en la cual “no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23).
Sin embargo, uno de los malhechores fue tocado en su conciencia y se dirigió a Jesús. A las puertas mismas de la muerte, reconoció que su único recurso estaba en el que se hallaba crucificado a su lado. Y dijo a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42).
¿Cómo hubiéramos reaccionado nosotros ante la petición de alguien que nos insultó momentos antes? Pero los insultos no alteraron el amor de Jesús por ese malhechor; y respondió así a su petición: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).
Esos dos ladrones crucificados a ambos lados de Jesús ponen claramente en evidencia la situación de los hombres respecto a Cristo. Los unos, rebeldes y blasfemadores, permanecen bajo el peso de sus pecados y tendrán que rendir cuentas el día del juicio. Los otros reconocen sus propias faltas y son sensibles al amor de Jesús, quien se dio en sacrificio en la cruz para expiar los pecados de ellos. Entonces reciben su perdón y la certeza de estar con Jesús en el paraíso.

Tomado de LA BUENA SEMILLA.

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