lunes, 13 de abril de 2020

REFLEXIÓN - Lunes, 13 de abril de 2020


(Jesucristo dijo:) Estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos.
El (Dios) que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús.
Un acontecimiento único
Una noticia extraordinaria: Jesucristo resucitó de entre los muertos el día siguiente al sábado, el primer día de la semana, el domingo que siguió a la Pascua judía.
La resurrección de Cristo es un pilar del cristianismo, y está basado sobre un acontecimiento histórico: una tumba vacía y una persona viva: Jesucristo. Esta resurrección también es única. En el Antiguo Testamento hubo unos niños que volvieron a vivir mediante la oración de los profetas Elías y Eliseo (1 Reyes 17:21-232 Reyes 4:33-36). Jesucristo mismo, mediante su palabra, resucitó al hijo de una viuda, a la hija de un jefe de la sinagoga y a Lázaro (Lucas 7:14-15Marcos 5:35-42Juan 11:43-44). Al momento de su muerte en la cruz, algunas tumbas se abrieron y los muertos resucitaron. Sin embargo, todas esas personas que volvieron a vivir en su cuerpo físico, tuvieron que pasar nuevamente por la muerte.
Jesucristo, resucitado de los muertos por el poder de Dios (Efesios 1:19-20), salió de la tumba. No estaba sujeto a las ataduras físicas. La piedra que cerraba el acceso a la tumba no lo retuvo, tampoco lo detuvieron las puertas cerradas de la habitación donde se encontraban los discípulos reunidos (Juan 20:19). Aún así, no era solo un espíritu, sus discípulos pudieron tocarlo y él comió delante de ellos (Lucas 24:36-43). A todos los que tienen fe en su obra, esta victoria de Jesucristo sobre la muerte les proporciona la salvación, la paz del corazón, la fuerza y la extraordinaria esperanza de que su cuerpo resucitará en un cuerpo espiritual semejante al de Cristo (1 Corintios 15:42-44).

Tomado de LA BUENA SEMILLA.

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