sábado, 6 de junio de 2020

REFLEXIÓN - Sábado, 6 de junio de 2020

El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.
La sorpresa que me esperaba
«Nunca me atrajo ninguna religión: ni el islam, ni el cristianismo, ni ninguna otra creencia. Estaba convencido de que había que aprovechar la vida lo mejor posible, porque luego vendría la muerte; y después la nada. Esa era mi divisa. Vivía tomando y fumando; les hacía la vida insoportable a mi esposa y a mi pequeño hijo.
Cierto día me encontré con un viejo compañero del servicio militar, quien me invitó a su casa. Fui con mi esposa y mi hijo sin pensar para nada en la gran sorpresa que me esperaba. En efecto, este hombre era cristiano. Me habló de Jesús y me propuso acompañarlo a un encuentro de cristianos. Sin dudarlo, asistí con mi mujer y mi hijo. Desde entonces nuestra familia empezó a cambiar para bien. Doy gracias al Señor porque los tres aceptamos a Jesús en nuestra vida, con una fe muy simple. Conocemos ahora la felicidad y el gozo de estar en Cristo, y me doy cuenta de que inconscientemente y desde hacía mucho tiempo, era el camino que había deseado tomar.
Muy a menudo, en la iglesia, derramamos lágrimas durante la alabanza. Pero no son lágrimas de tristeza, sino de gozo. Mi deseo es que usted conozca la maravillosa comunión que uno tiene con el Dios todopoderoso, por medio de Jesús, en su Iglesia, la asamblea de hermanos y hermanas en Cristo».
Lounis
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Santiago 4:8).
Tomado de LA BUENA SEMILLA.

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