Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz… para daros el fin que esperáis.
Durante toda su vida, un poeta italiano trató de probar que Dios no existía. Poco antes de su muerte llegó a esta conclusión: “Nací, no sé por qué; viví, no sé cómo; me voy, no sé a dónde…?”. ¡Qué triste balance de una vida sin Dios…!
El apóstol Pablo tenía una convicción muy diferente:
- “Dios… me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia… para que yo le predicase (a Jesús) entre los gentiles” (Gálatas 1:15-16). Pablo sabía por qué había nacido: para anunciar el Evangelio al mundo.
- “Para mí
- Tenía el “deseo de
Pero estas afirmaciones no solo son la parte del gran apóstol. El cristiano más humilde fue conocido y amado desde antes de la fundación del mundo; Dios tiene un plan para su vida, mientras espera el momento de ir con su Salvador.
Lector, ¿por qué nació usted? ¿Cómo vive? ¿A dónde va? Para poder responder con certeza, vuélvase a Jesucristo y recíbalo como
Tomado de LA BUENA SEMILLA.
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