domingo, 31 de enero de 2021

A LEER LA BIBLIA - Génesis 31

 



GÉNESIS 31




¡Hola, amigo lector! ¿Como estás hoy? Si aún no lo has hecho, aún tiene tiempo de alabar al Señor. Te invito a que lo hagas.

Continuamos con nuestra lectrua de un capítulo de la Biblia por día.Hoy nos toca Génesis 31. En él, conoceremos que Jacob enprendió la vuelta a su tierra natal, con sus esposas, sus hijos y su ganado. También seremos testigos de la persecución de Labán y del pacto que hicieron Jacob y Labán, su suegro.

¡Qué Dios te bendiga!

CAPÍTULO 31

1Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza. 2Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes. 3También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo. 4Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, 5y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. 6Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; 7y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal. 8Si él decía así: Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados. 9Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí. 10Y sucedió que al tiempo que las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados. 11Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. 12Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto.a Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento. 14Respondieron Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre? 15¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio? 16Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Jacob huye de Labán

17Entonces se levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos, 18y puso en camino todo su ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán. 19Pero Labán había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de su padre. 20Y Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba. 21Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Eufrates, y se dirigió al monte de Galaad. 22Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido. 23Entonces Labán tomó a sus parientes consigo, y fue tras Jacob camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad. 24Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

25Alcanzó, pues, Labán a Jacob; y éste había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad. 26Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra? 27¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? 28Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y mis hijas. Ahora, locamente has hecho. 29Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente. 30Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses? 31Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas. 32Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado. 33Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel. 34Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló. 35Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

36Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? 37Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros. 38Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. 39Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 40De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 41Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 42Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.

43Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz? 44Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos. 45Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal. 46Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y comieron allí sobre aquel majano. 47Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta;38 y lo llamó Jacob, Galaad.39 48Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad; 49y Mizpa,40 por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro. 50Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos. 51Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo. 52Testigo sea este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal contra mí, para mal. 53El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre. 54Entonces Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte. 55Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.

REFLEXIÓN - Domingo, 31 de enero de 2021


Nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

Obras meritorias o fe en Cristo

Podríamos pensar que hay muchos grupos religiosos en el mundo. Pero en realidad solo hay dos : uno que cree merecer la gracia divina ; otro que está formado por los que reconocen que no pueden dar nada a Dios, ni siquiera por el perdón de uno solo de sus pecados.

- El primero propone al hombre hacer obras meritorias para ser libre de su culpabilidad, para ganar el favor divino y el paraíso : cumplir buenas obras, observar ritos, sacrificar su tiempo, sus riquezas, su cuerpo, su vida… Se piensa dar algo a Dios esperando recibir o merecer algo de Él. Pero, ¿quién podría satisfacer las exigencias divinas ? Y el pobre, el que carece de recursos materiales, ¿estaría perdido ?

- El segundo grupo está constituido por esos “pobres” que solo pueden decir : “Dios, sé propicio a mí, pecador”. Es confesar nuestra incapacidad para merecer la gracia divina y confiar en Dios, el único que puede solucionar el problema de nuestros pecados. Entonces Jesús afirmó : “Este descendió a su casa justificado” (Lucas 18 : 13-14), es decir, mucho más que perdonado : hecho justo.

¿Cómo ? “Por gracia sois salvos por medio de la fe ; y esto no de vosotros, pues es don de Dios ; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2 : 8-9).

¿Por qué ? Jesucristo, el Hijo de Dios, el “que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5 : 21).

¿Para qué ? Para que practiquemos las buenas obras que Dios preparó de antemano (Efesios 2 : 10).

Tomado de LA BUENA SEMILLA.

MÚSICA - Tuyo soy - Adonis D'León

 

ADONIS D'LEÓN
Tuyo soy


Oh sacia mi interior tengo sed La ternura de tu voz cura mi ser Aquí estoy por ti nada me distrae Estoy expuesto ante ti no me puedo esconder Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy Oh sacia mi interior tengo sed La ternura de tu voz cura mi ser Aquí estoy por ti nada me distrae Estoy expuesto ante ti no me puedo esconder Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy Dile Lléname Con tu Santo Espíritu Tuyo soy Tu eres la fuente de vida Y contigo no necesitamos nada mas Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy Derrama Tu unción Sobre mi Tuyo soy Derrama Tu unción Sobre mi Tuyo soy Derrama Tu unción Sobre mi oh Dios Tuyo soy Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy Ven Espíritu y lléname Lléname lléname Tuyo soy No necesito nada mas Si te tengo a ti, lo tengo todo Tu eres, la fuente de vida eterna No nos vamos de aquí vacíos Tu me llenas No necesito nada mas Tu eres, la fuente de vida eterna Y el que prueba de esa agua No necesita nada mas

VERSÍCULO DEL DÍA - 1 Te 5:18

 

31 de enero de 2021

Versículo del día

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:18         RVR1960

sábado, 30 de enero de 2021

A LEER LA BIBLIA - Génesis 30

 



GÉNESIS 30




¡Hola, amigo lector! ¿Has empezado tu día con buen ánimo? Si es así, ¡alaba a Dios! y si no, ¡alaba a Dios, también!

En el capítulo 30 del Génesis conoceremos el resto de los hijos de Jacob hasta el undécimo y el por qué de sus nombre. Además, la treta que Jacob le hizo a Labán para quedarse con mucho ganado.

¡Qué Dios bendiga tu día! Hasta mañana.


CAPÍTULO 30

1Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero. 2Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre? 3Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha; llégate a ella, y dará a luz sobre mis rodillas, y yo también tendré hijos de ella. 4Así le dio a Bilha su sierva por mujer; y Jacob se llegó a ella. 5Y concibió Bilha, y dio a luz un hijo a Jacob. 6Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.31 7Concibió otra vez Bilha la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob. 8Y dijo Raquel: Con luchas de Dios he contendido32 con mi hermana, y he vencido. Y llamó su nombre Neftalí. 9Viendo, pues, Lea, que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer. 10Y Zilpa sierva de Lea dio a luz un hijo a Jacob. 11Y dijo Lea: Vino la ventura; y llamó su nombre Gad.33 12Luego Zilpa la sierva de Lea dio a luz otro hijo a Jacob. 13Y dijo Lea: Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa; y llamó su nombre Aser.34

14Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. 15Y ella respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Raquel: Pues dormirá contigo esta noche por las mandrágoras de tu hijo. 16Cuando, pues, Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche. 17Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob. 18Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa,35 por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar. 19Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob. 20Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote; ahora morará36 conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón. 21Después dio a luz una hija, y llamó su nombre Dina. 22Y se acordó Dios de Raquel, y la oyó Dios, y le concedió hijos. 23Y concibió, y dio a luz un hijo, y dijo: Dios ha quitado mi afrenta; 24y llamó su nombre José,37 diciendo: Añádame Jehová otro hijo.

Tretas de Jacob y de Labán

25Aconteció cuando Raquel hubo dado a luz a José, que Jacob dijo a Labán: Envíame, e iré a mi lugar, y a mi tierra. 26Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho. 27Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa. 28Y dijo: Señálame tu salario, y yo lo daré. 29Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo. 30Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número, y Jehová te ha bendecido con mi llegada; y ahora, ¿cuándo trabajaré también por mi propia casa? 31Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada; si hicieres por mí esto, volveré a apacentar tus ovejas. 32Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario. 33Así responderá por mí mi honradez mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre mis ovejas, se me ha de tener como de hurto. 34Dijo entonces Labán: Mira, sea como tú dices. 35Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos. 36Y puso tres días de camino entre sí y Jacob; y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.

37Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas. 38Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber. 39Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores. 40Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán. 41Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en los abrevaderos, para que concibiesen a la vista de las varas. 42Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob. 43Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.

REFLEXIÓN - Sábado, 30 de enero de 2021


De la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.

Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo.
¿Y si fuera mi último día ?

Esta mañana, al despertar, un pensamiento me interpeló : ¿Y si hoy fuese el último día de mi vida en la tierra ? Inmediatamente me emocioné pensando en mis familiares. Luego reflexioné : ¿Estoy preparado para morir ? … Claro que sí, pues Jesucristo me salvó de las garras de la muerte. Su muerte y su resurrección me dieron la vida eterna. Morir significa estar con él en la felicidad y la paz de su presencia, “en el paraíso” (Lucas 23 : 43).

Pero también pienso en el abismo que me separará de todos los que no hayan querido conocer a Dios, quien desea salvarnos de la muerte y del juicio. La Biblia nos explica por qué la muerte llega a todos los hombres, y cómo librarse de ella. “La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6 : 23).

La muerte pone fin a la vida de nuestros cuerpos en la tierra, pero también pone fin a la posibilidad de asirse a ese don de gracia de Dios, es decir, la vida eterna. Para todo ser humano hay un más allá. ¿Dónde voy a pasar esta eternidad sin fin ? ¿Con Jesús, o lejos del gozo de su presencia, en el “lago de fuego” ? (Apocalipsis 20 : 15).

No se le ocurra decir : “Ya veré más tarde”. ¿A quién pertenece el mañana ? Jesús hizo todo para librarnos de la muerte. Hoy todavía dice a cada uno : “Yo soy la resurrección y la vida ; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto ?” (Juan 11 : 25-26).

Tomado de LA BUENA SEMILLA.