sábado, 7 de marzo de 2020

REFLEXIÓN - Sábado, 7 de marzo de 2020


El mundo entero está bajo el maligno.
(Jesús dijo:) Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Ver más claro
El mundo cambia rápidamente y nos sorprende, nos inquieta. Nos atemoriza por sus crisis económicas, sus revoluciones, guerras y sus amenazas de guerras. Nuestras sociedades están desestabilizadas, lo cual produce confusión e incomprensión en aquellos que se hacen preguntas sobre el futuro de este mundo. ¿Y si la Biblia nos permitiera ver más claro?
En este Libro el mundo es presentado a los hombres tal como Dios lo ve. Nos muestra su verdadero rostro cuando nos enseña que el Dios de amor, quien vino a la tierra en la persona de Jesucristo, no solo fue dejado de lado por la sociedad en su conjunto, sino que fue crucificado. Así el mundo manifestó su oposición a Dios; se reveló el estado del corazón humano: nuestros corazones son totalmente malos. Por consiguiente, no se puede esperar que el mundo mejore: “la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10). El hombre, abandonado a sí mismo, no puede progresar en el plano moral; va por un camino resbaladizo que conduce a la desdicha eterna.
Sin embargo, Dios hace proclamar su “buena nueva” desde hace 2000 años. Su Hijo Jesús, quien “vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10), fue rechazado y clavado en una cruz por hombres inicuos. Aceptó llevar la condenación que merecían nuestras faltas. Esta buena nueva se resume en pocas palabras: él da la vida eterna a aquellos que, sintiendo su miseria, creen que Jesús pagó su deuda ante Dios. Él trajo la luz que alumbra a todo hombre (Juan 1:9).

Tomado de LA BUENA SEMILLA.

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