domingo, 13 de octubre de 2019

REFLEXIÓN


(Jesús dijo en la cruz:) Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Lucas 23:34

José y sus hermanos
(leer Génesis 37)
José era uno de los doce hijos del patriarca Jacob. Sus hermanos no lo querían y pensaron matarlo, pero luego lo vendieron como esclavo a unos extranjeros. Después de varios años y muchas desgracias, los hermanos de José fueron llevados a reconocer su mala conducta. Entonces José los perdonó: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien... para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20). Es un poco el resumen de las relaciones entre José y sus hermanos.

Pero más allá del alcance histórico de este relato, dicha conclusión se aplica de manera particular a la cruz de Jesucristo. “Vosotros pensasteis mal contra mí” (Génesis 50:20). Esta fue la actitud de los hombres respecto a Jesús. Durante toda su vida en la tierra Jesús anduvo haciendo el bien, aliviando la miseria, sanando a los enfermos y anunciando la Palabra de Dios. Sin embargo, los hombres se pusieron de acuerdo contra él, lo acusaron falsamente. Una multitud agrupada ante el gobernador romano gritó: “¡Crucifícale!”.

No obstante, “Dios lo encaminó a bien” (v. 20). Cuando Jesús fue crucificado y los hombres desataron todo su odio y su maldad contra él, Jesús murió para expiar los pecados de todos los que creen en él. De esta escena trágica de la crucifixión emana la buena noticia: puedo ser librado de todo lo que en mí ofendía a Dios. Él perdona al que se arrepiente, cualquiera que sea su pasado.

Dios quiere que usted acepte a Jesús como su Salvador y se reconcilie con él. Este es el bien que él “encaminó” para usted.

Tomado de labuenasemilla.net

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