miércoles, 9 de octubre de 2019

REFLEXIÓN


Que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo.
Filipenses 1:27
(Jesús dijo:) Mirad, velad y orad.
Marcos 13:33


Pequeñas faltas, grandes perjuicios
En el año 1978, el pueblo de Winterthur (Suiza) fue el escenario de una forma de vandalismo inexplicable: bajo el capó de los autos estacionados, alguien cortaba los cables eléctricos. Equipos de vigilancia fueron instalados y los culpables fueron descubiertos: ¡eran comadrejas que entraban en los motores y mordían todos los elementos de caucho!

Estos hechos nos hacen pensar en un versículo de la Biblia: “Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne” (Cantares 2:15). Las zorras pequeñas son criaturas aparentemente inofensivas. Pero, al juguetear en las viñas, con sus largas colas pueden causar daños irreparables a los tiernos pámpanos y, por consiguiente, a la floración y la cosecha. El pámpano, nutrido por la vid (Cristo), representa la vida del creyente que debe producir fruto para la gloria de Dios. Este versículo de Cantares es, pues, una exhortación a vigilar: muchas palabras o actitudes aparentemente inofensivas pueden poner en peligro el desarrollo de nuestra vida espiritual, interrumpir nuestra comunión con Dios. Por tanto, cualquier actividad que realicemos sin tener en cuenta a Dios será sin fruto para él.

No nos dejemos engañar: esos resbalones apenas perceptibles que a veces se producen en nuestras vidas, esos pequeños arreglos o adaptaciones, no tienen otro resultado que alterar nuestra comunión con Dios. Recordemos que incluso un mal pensamiento enturbia la comunión con el Señor y produce sequía en el corazón. Vigilemos y oremos para ahuyentar “las zorras pequeñas”.

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