sábado, 19 de octubre de 2019

REFLEXIÓN

(Jesús dijo:) En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
El Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna... os... afirme, fortalezca.
1 Pedro 5:10
Antes era mejor
Desde que Paulina se convirtió a Jesucristo, se encuentra con nuevas dificultades y preocupaciones. El primer momento de gozo pasó, y la vida continúa... Reconoce que ciertos hábitos no son compatibles con su nueva fe. Se cuestiona respecto a todo. Su familia no la entiende; se burla de ella, la contradice fuertemente. Una pequeña voz le susurra constantemente: «Antes era más tranquilo...». Lo que pasa es normal. Paulina ya no es la misma...
El pueblo de Israel vivió una experiencia similar. Librado de la esclavitud de Egipto, entonó un cántico de gozo en la ribera del mar Rojo. Luego, conducido por Moisés, emprendió su camino hacia el país prometido a través del desierto. Y las dificultades comenzaron. Tuvieron hambre, sed, y guerras que enfrentar. Entonces recordaban con nostalgia los pepinos y los melones que comían en Egipto, y deseaban volver allí. ¿Habían olvidado la cruel esclavitud a la cual los tenía sometidos el Faraón? Podríamos pensar que sí. No obstante, Dios se ocupó de ellos, y paso a paso experimentaron sus cuidados.
El cristiano recién convertido está en camino hacia el cielo. Dios lo cuida en este mundo que es como un desierto para su fe. Tiene combates. Satanás hace todo lo posible para desanimarlo, pero Dios en su bondad lo cuidará. Podemos poner todo en sus manos mediante la oración: dificultades, preocupaciones, preguntas, porque él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7). Él guardará nuestro corazón y nuestros pensamientos (Filipenses 4:7). Él nos ama.

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