jueves, 17 de octubre de 2019

REFLEXIÓN

En aquel tiempo estabais sin Cristo... sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Efesios 2:12
(Dios) librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso.
Salmo 72:12-13

Cambiar de amo
La Biblia nos presenta la historia de un joven que se encontraba en una situación desesperada en tiempos del rey David (1 Samuel 30:11-20). Era esclavo y había sido cruelmente abandonado en el camino por su amo, porque estaba enfermo. Sin alimento, sin agua y sin fuerzas, no tenía ninguna esperanza. Sus pensamientos se nublaban. Se estaba muriendo.

Situación dramática y dolorosa de los que a veces dejan escapar esta expresión: ¡me abandonaron!

Pero el relato continúa y nos muestra que, sin proponérselo, David y su tropa hallaron a este joven. David se detuvo, se ocupó del enfermo, le dio comida y bebida. Recuperado y agradecido, el joven siguió a David: cambió de amo.

Como David, Jesucristo quiere responder hoy a nuestras necesidades, incluso si nuestra situación es desesperada. Podemos haber sido abandonados por todos, rechazados por nuestra familia, despedidos por nuestro patrono. David, sin haberlo planeado, se encontró en el camino con este joven, pero Jesús sí sabe exactamente dónde y cómo estamos. “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). Él quiere que cambiemos de amo, que abandonemos nuestra vida pasada y la esclavitud de Satanás, para seguirle a él, el Salvador que nos ama.

A quien lo recibe, le da la vida eterna; y enseguida satisface sus necesidades básicas, de corazón y de espíritu, se ocupa de él y lo toma a su servicio para la gloria de Dios.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario