martes, 12 de noviembre de 2019

REFLEXIÓN

Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Gálatas 6:7-8
¿Para quién sembramos? (1)
Los versículos citados en el encabezamiento nos hablan de dos maneras de sembrar: ¿sembramos para el Espíritu, a fin de vivir para la gloria de Dios? ¿O sembramos para satisfacer nuestros malos deseos, lo que la Biblia llama la “carne”?
Amigos cristianos, cuando nos dejamos llevar por una mirada codiciosa, cuando toleramos pensamientos o actos malsanos, cuando miramos una película con imágenes impuras (son pocas las que no contienen ninguna de estas imágenes), sembramos para la carne. Estos pensamientos y estos actos penetran en nosotros, se arraigan, crecen y, si no los confesamos al Señor, darán como fruto la corrupción y la podredumbre en nuestros corazones.
¡No nos angustiemos! Es imposible cambiar nuestras malas decisiones pasadas, pero podemos contárselas a Dios, quien nos perdona. Además, a partir de ahora podemos sembrar para el Espíritu. ¡Cada decisión tomada, cada acto efectuado, cada conversación que tenga como tema los intereses del Señor, lleva fruto para la vida eterna!
Sembremos para el Espíritu estando en la presencia de Dios por la fe, honrándolo en toda nuestra vida. Tomémonos el tiempo para cultivar nuestra relación con el Señor leyendo la Biblia, orando a Dios, dando testimonio de Cristo, haciendo el bien a todos... Dios nos llama a servir al Señor Jesús, sirviendo a nuestros hermanos, hermanas y al prójimo, con la ayuda de su Espíritu. Este es el secreto de la libertad y del gozo.
(mañana continuará)

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